Tras triturar el corcho en gránulos, este es unificado de nuevo para formar el mango del tapón mediante un proceso de compresión y ligado con una cola especial apta para productos alimentarios. Esta operación es fundamental para obtener el mango del tapón con una composición y densidad uniforme que permita crear el cuerpo principal al que se le adherirá los discos de corcho natural.
Para que los tapones tengan las dimensiones correctas y una forma totalmente cilíndrica, es necesario realizar uno o varios pulidos tras el ensamblaje final.
Un mal control del proceso de pulido puede conllevar tapones rayados o rugosos.